Marchito está el jardín con su anarquía.

12/9/11
Hace tiempo, para mí bastante, para otros menos, podía ser considerado con la etiqueta "punky". Tenía la estética, la música, la creencia en la anarquía y el espíritu de rebeldía contra lo establecido. Ahora, ya no sigo la estética, mi creencia en la anarquía ha cambiado, mis gustos musicales han sido más que ampliados y el espíritu de rebeldía, perdido durante un tiempo, volvió a despertar en mí bajo mis mismos principios con el #15M. ¿Por qué he dejado de creer en la anarquía como posible a corto plazo? Es fácil. No comparto las ideas de los anarquistas que he conocido a lo largo de mi vida de cómo debería ser instaurada, gestionada y demás detalles sin importancia. Además, la calaña moral de estos sujetos la he visto puesta en entredicho en numerosas ocasiones. Gente que se deja mover por los rumores y habladurías de patio de colegio que siempre circulan por las ciudades; por los cuales he sido insultado, denigrado y casi agredido, sin razón alguna. Gente que, lejos de intentar formarse para un futuro, no dan palo al agua más que por conseguir alcohol, sexo, drogas. Gente violenta y visceral. Personas que declaran un odio hacia el fascismo y acaban flirteando con sus ideales, tanto consciente como inconscientemente.

Sinceramente, cosas como esas hacían que rechazara la anarquía. Pero no solo se refiere a anarquistas. He visto comunistas defendiendo a ultranza a Stalin, sus gulags y sus genocidios. Tengo serias dudas de que alguno de ellos haya leído sobre él en profundidad, por no hablar del Manifiesto Comunista de Marx.
Volviendo al tema, cuando abandoné la estética, aparentemente, fui considerado una especie de traidor, o algo así, ya que parecía transparente a sus ojos. Cosa que nunca me ha preocupado.Ya no pertenezco a ese mundo.

Y, vino el #15M. Mi sorpresa fue mayúscula al ver a la flor y la nata del antifascismo allí, colaborando con la gente de a pie. Al principio todo era estupendo. Pero conforme pasaban los días, los ánimos se caldeaban. La actitud pacífica había sido asentada entre los participantes. Llegaba noticias de disturbios en Grecia. Y empezaron a sucederse sucesos desagradables. En todos los puntos de la geografía donde había una asamblea, los más radicales comenzaron a enarbolar sus ideologías, pedían el fin del pacifismo, había disputas con los demás y muchas faltas de respeto. Todo esto llevó a que los radicales recogieran el petate y se largaran. Yo, por mi, agradecidísimo. Por mucho desprecio que muestren hacia "los hippies pacifistas del #15M" y el desprestigio en blogs y páginas de estas ideologías. Por mucho que acudan a las manifestaciones a ver si hay "bronca". Por mucho que intenten reventarnos. Yo ya caliento motores para el 15O y el 15N, y que nadie dude que estaré en mi colegio electoral echando la papeleta el 20N. Algo que deberían hacer estos individuos.


Concluir diciendo que esto es una gran generalización, que no deben hallarse trazos de verdad en mis palabras si no se quiere y que nadie está retratado en esta parrafada.

1 pensamientos:

Sergio Andreas dijo...

Increíble. No habría descrito mejor cómo van las cosas en Huelva; gente que hace anarquía en los bares y su única lucha está en el consumo de drogas, ya sea el legalizado alcohol u otras en el Moe, en el Lone o en otros sitios a los que quieran ir, que se quejan de los prejuicios de la gente, pero ellos juzgan por las pintas como nadie y en las pintas se quedan. Se esclavizan a ideas caducas sobre las que no tuvieron la preocupación de hacer siquiera un estudio profundo para llevar a cabo algo mejor y nuevo en su ciudad.
Comparto tu punto de vista, aunque mi enfoque se centra más en la formación y el espíritu investigador ante todo, ya que la información es verdadero poder; pero sobre todo, en primer lugar, una necesaria revolución moral, y la política, vendrá después.

Un saludo

Publicar un comentario