1.- Bendecida II

28/2/11
"Y en tu ausencia,
las paredes se pintarán de tristeza
y enjaularé mi corazón
entre tus huesos"



Lo dije: "Esto no es un adios, yo me ocuparé de que no lo sea".
Entiendo perfectamente el fangal en el que me he metido hasta el cuello yo solo, y sé que voy a salir de aquí acompañado por tí. Tú lo dijiste, Bendecida. Tiempo...
Tiempo en el cual me dedicaré a arrancarte las más maravillosas sonrisas que el mundo ha visto. Y la realidad es que, aunque a veces pueda ser lento, o no me de cuenta de los detalles, te amo, y por ello, haré todo lo posible, y si me apuras, haré posible lo imposible por tí. Puedo decir sin ninguna duda que eres lo mejor que me ha pasado.

Héroe de Leyenda.

He aquí la historia de cómo intento volver a ser el Héroe de Leyenda. Constará de 5 capítulos ni uno más ni uno menos.


-Bendecida II
-Hechizo
-Bendecida I
-Nací para apostar
-Bendecida III (La chispa adecuada)

La locura nunca tuvo maestro.

Se nos fue. Se nos ha perdido totalmente ese tornillo que nos aferra a la realidad y ahora no podemos parar.
No podemos evitar cruzar la calle sn mirar, bebemos hasta perder el conocimiento, fumamos sin control, dormimos cuando simplemente no podemos más, comemos cuando tenemos hambre y hacemos lo que queremos.
Coño... ¡Hasta quitamos el pen-drive en modo no seguro! No tenemos verguenza y no queremos ser como los demás. No nos incomoda que la gente nos mire con aversión ni nos preocupa lo que piensen si salimos de los aseos despeinados y con ganas de fumar. Estamos tan jodidamente locos que descubrimos el infierno que hay entre nosotros y fuimos directos a sentarnos en el medio, sin importar que nos pudiéramos quemar.
Yo te propongo: Compartamos una almohada allí. Embriaguémonos de cava, cerveza y "sex on the beach" (hay que beber rápido, que se calientan...) y encéndamonos cigarros en las llamas. Y lo más importante:

Si en el infierno hace 2000ºC... hagamos que la temperatura suba hasta que el termómetro se funda y no nos importe más cuanto siga subiendo...

Parte III: nervios, disfraces y tú.

14/2/11
Dale al play:






Otra vez más, Kirk se levantó con los ojos secos y empañados por las lentillas. "Necesito unas gafas" se dijo. Esta vez, se levantó más activo, estaba hecho un manojo de nervios. Sabía que hoy era el último día y empezó a prepararlo todo. Buscó sus batas y pijamas y revolvió el botiquín. Vendas, vías, jeringas, pinzas kocher, esparadrapo, gasas... De todo un poco. Cuando terminó, habló con Helena.

-¡Tíiia! ¿A qué hora?
-Pueeees ¿a las 6 en Telefo?
-Veeenga.. ¡Pero no tardes que hace frío!
-Sí, sí, frío... Tú lo que quieres es pasar el máximo rato posible con Celia, ¡tontorrón!
-Helena... que te peten. Pero sí, la verdad.
-Si es que te conozco demasié...

Tras colgar, Kirk se dio cuenta de que quedaban 3 horas hasta las 6 y ya había preparado todo. Así que se tumbó en la cama a pensar, mientras seleccionaba canciones de Halloween. Misfits, Black Sabbath... Mucho metal y canciones muy oscuras, que recordaban el espíritu de la festividad. Se metió en la ducha y permaneció un largo tiempo bajo el agua, pensando. Se lavó los dientes, se recortó la barba, se intentó peinar. Quería estar perfecto, sabía que era su última oportunidad, y por ello estaba tan pensativo. Se vistió con sus pantalones rotos y la camiseta de los pulmones, que era la que mejor le quedaba y salió a la calle, cogiendo antes el maletin y los trajes.
En cuanto salió se arrepintió de no haber cogido una chaquetilla, hacía bastante frío y viento. Pero bueno, enseguida se pondría la bata. Esperó en el sitio de siempre a Helena, mientras fumaba. Como es costumbre, llegó casi una hora tarde, y Kirk estaba cada vez más nervioso y con más colillas a su alrededor.

-Ya era hora, coño!
-Joooo lo sientooo!! Bueno, antes de ir a casa de Carmen, tenemos que pasarnos por los chinos... tenemos que comprar algo para hacer la sangre!
-No me jooodas! ¿Y a qué hora vamos a llegar entonces?
-Ai, Kirk, no seas mongolo... Ya sé que quieres verla, pero tienes toda la noche.
-Bueno, venga, vamos rápido.

Fueron a los chinos y no encontraron sangre artificial por ningún lado, así que compraron barras de labios y ceras para la cara, con esperanza de que diera el pego. Por fin se encaminaron a casa de Carmen.

-Te veo raro eh... ¿Tan nervioso estás? - dijo Helena.
-Joder sí... Pero es que no sé, me encanta esta chica.
-Puf... ya te he dicho, no te hagas ilusiones...
-Ya... No, si al final tendrás razón como siempre... Bueno, ¿subimos?
-Vaaamos.

Llamaron a la puerta y subieron. Les abrió el padre de Carmen y las chicas, que ya estaban allí les dijeron que ya era hora. Se saludaron y empezaron a hacer los disfraces. Kirk se enfundó la bata, le dio a Helena la suya y le dio a Carmen el pijama. De mientras, Celia e Irene preparaban una sábana vieja para hacer el camisón de Irene. Celia llevaba un camisón viejo de la madre de Carmen. Ella decía que parecía una abuela, y era verdad, pero Kirk pensó que estaba preciosa.

Kirk, Helena y Carmen subieron y mientras Carmen se cambiaba, Helena y él derretían las cosas para hacer la "sangre". Kirk no hablaba mucho, no hacía más que pensar. Helena se lo notó y le dijo que no estuviera nervioso. Carmen llamó a Helena para que le ayudara con algo y él se quedó terminando de hacer la sangre. Cuando volvieron Helena y Carmen, las dos sonreían mucho. Kirk no le dio mucha importancia y se pusieron a mancharse las batas y el pijama y bajaron a ver como iban Irene y Celia.

El camisón de Irene estaba casi terminado y empezaron a manchar otra vez todo de la falsa sangre.
-¡Ey! ¡Manchadme un poco a mí! - Dijo Celia.
Carmen, Helena e Irene se hicieron un poco las locas, así que Kirk se puso a mancharla. Mientras, ellas observaban riéndose y Helena le dirigió una de sus miradas.
Kirk comenzó a manchar a Celia sin mirarle a la cara demasiado. Sabía que estaba rojísimo de vergüenza y no quería que Celia se lo notara. Le manchó la espalda, las caderas, pero no se atrevía a más. Riéndose, Helena se acercó con la mano manchada y dijo:
-A veeer muchacho, déjate de tonterías -le dijo Helena mientras manchaba una de las tetas de Celia y mirándole con una sonrisa de oreja a oreja- ¡Que parece que te de vergüenza!
-Hombre... ¡yo que sé!- dijo Kirk medio balbuceando y dirigiéndole una mirada de odio a Helena. Y acto seguido se puso con el maletín a sacar las cosas, para que no se le notara lo rojo que se había puesto.
Sacó vendas, gasas, apósitos, esparadrapo, pinzas, vías, jeringas... Pensó que molaría que pareciera que Celia e Irene tuvieran una vía "puesta" así que se puso a pensar mientras le quitaba las agujas a los tubos.
Helena en ese momento se sentó a su lado a preparar las ceras de la cara.

-Eres una caaacho de cerda... - le reprendó Kirk.
-¡Jajaja! Es que estabas super pardo joder... Y además todo rojo.
-Bah, total, no va a pasar nada.
-Mmm... ¿Tú crees? - le dijo guiñándole un ojo.
-Eeeeh... ¿qué?
-Creo que han cambiado las tornas, pero no prometo nada...
-What? No me lo creo...

-Bueno, tú dedícate a lo tuyo, que es hablar con ella, ¡que estas tó soso hijo mío! ¡Bueno! ¿quien quiere que le pinte? - dijo a todo el mundo levantándose.

Total, empezaron a pintarse las caras, a terminar los últimos toques de los disfraces, que si Kirk poniéndoles las vías a Celia e Irene, repartiendo pinzas y accesorios a Helena y Carmen, Carmen vendándole la cabeza a Celia e Irene... Un espectáculo, vamos. Se despeinaron y llenaron el pelo con la cera blanca y ya estaban listos para salir.  Se hicieron fotos y se dirigieron a la Tabernita. Por el camino se dedicaron a asustar a niños y personas mayores. Resumiendo, llegaron pronto a la tabernita y cogieron una mesa. Típico desfile de cervezas, tapitas, muy a gusto. Tras eso se dirigieron al City, como siempre.

En el City ya... bueno, se encontraron con Rafa y más gente y fue todo el rato de cervezas y risas. Cogieron una mesa y se sentaron. Celia estaba en uno de los bancos entre David y Carmen y Kirk andaba por fuera hablando. Tras un rato, se acercó a la mesa y empezó a hablar con ella. Hablaron un poco de todo, pero como estaban lejos, no se escuchaban bien y la mayor parte del tiempo sonreían y asentían. Entonces, David se levantó a por cervezas. Kirk le pidió una y aprovechó para sentarse a su lado:

-Me siento aquí, ¡que no te escuchaba bien!

Siguieron hablando de todo y nada y surgió la chispa del Maestro Sabina, que hizo que hablaran muchísimo más rato y de más cosas, recitaran canciones y poemas, rieran... Todo iba muy bien. Entonces, decidieron cambiar de aires y se fueron al 100 Chupitos, a tomar unos cuantos. Allí Kirk estaba otra vez más inseguro, pero bueno, siguió intentándolo. Aunque no lo había conseguido el día anterior, la convenció de que se tomaran los dos el chupito más fuerte que había. Tras eso, se fueron todos al Desván, y por el camino, echaron un cigarro para bajar aquel chupito.

Bueno, llegaron al desván. La noche había avanzado rápido, aunque no era demasiado tarde. En el desván se pidieron otras cuantas cervezas y estuvieron ahí, aunque más bien de apalanque, ya que pillaron mesas y sillas. Ellos se sentaron cerca y empezaron a hablar otra vez y a hacerse fotos con una cámara que no era suya. Estaban muy cerquita hablando, e incluso ella se acomodó la pierna por encima de las de Kirk. En el fondo, Helena y Carmen comentaban la jugada riéndose y les hacían gestos. Rafa no paraba de darle golpecitos en el pie y le guiñaba el ojo. Tras un buen rato así, Celia le dijo:

-¿Nos tomamos un chupito?


Kirk sin dudarlo le dijo que sí. Fueron hacia la barra y el camarero les dijo que no había chupito. "¡Qué putada!" Dijeron, así que se pidieron una cerveza a medias. Cuando iban a volver a la mesa, vieron que les habían quitado las sillas, asíque se quedaron de pie junto a una columna. Celia estaba apoyada contra la columna. Kirk estaba más nervioso que en ningún momento de aquellos tres días. Helena no paraba de hacerle gestos y decirle sin palabras: "¡Venga, mongolo!". Kirk no recuerda muy bien el primer momento en el que sus labios rozaron los de Celia, pero finalmente se besaron. Y no fue un beso corto, duró mucho. Kirk se sentía tan bien que no quería que aquel momento acabara nunca. Celia comentó algo de su piercing en el labio. Kirk contestó una tontería y siguió besándola. En el fondo del bar, había una revolución. Helena y Carmen chillaban de alegría y se abrazaban. Rafa chocaba los cinco con los demás.

Llegó el momento de irse del desván. Les habían quitado la cerveza pero a ellos les daba igual. Los demás se dirigieron al Lancelot y ellos dijeron: "Mmm... Ahora vamos..." Y siguieron a lo suyo. Cuando ya por fin los echaban del bar se dirigieron al Lancelot. Celia se fue al baño y Kirk abrazó a Helena.

-¿Qué, ya estas contento?
-Miravé si estoy contento -
Dijo Kirk con una sonrisa de oreja a oreja.

Chocó con Rafa y éste le insistió: "¿Te lo dije, o no te lo dije?" Kirk tuvo que darle la razoón y se quitó la bata, y esperó a que Celia saliese, quería estar mucho más rato con ella. Finalmente, llegó la hora de volver a casa. Cogieron un taxi  y Carmen se sentó delante. En el asiento de atrás iban Celia, Helena y Kirk. Pero para Kirk y Celia no existía nadie más en ese taxi que olía a alcohol. Se besaban, se acariciaban, se querían sin todavía sentirlo. Pero como todo, ese viaje en taxi no podía durar para siempre. Llegaron a casa de Carmen y ella debía irse, volvía a Murcia. Se despidieron y se dijeron adios. De sus bocas no salió, pero estaba implícito el "ojalá que volvamos a vernos".

Sabina, esta vez es personal...

5/2/11
Eh, Sabina... Por una de tus canciones empieza todo: 19 días y 500 noches. Y esta vez no son mías esas noches... ¿Raro eh? Tú que sabes que el ruido del juego siempre me lo llevo yo. Sí, "Amor" se llama el juego. Es complicado vivir con dos camas vacías. El tiempo y el espacio hace que se vaya con la frente marchita, pero nos metimos de lleno en el rock & roll de los idiotas, y lo aceptamos. Y yo te pregunto, maestro... A tí que tambien te dieron las diez, que has vivido el caso de la rubia platino y que me has visto ser un conductor suicida. En definitiva, que sabes de la incertidumbre más que nadie. Y no, no nos sobran los motivos. Y tampoco quiero vivir en más de cien mentiras. Sabes que lo que tengo son ganas de... de ser feliz coño. De no vivir donde habita el olvido. De que no haya ni peros, ni dudas, ni "y sin embargo". De no cantar la canción de las noches perdidas. Porque... ya sabes que quiero cantar la canción más hermosa del mundo a su oído, y que sea todo lo feliz que pueda llegar a ser. En fin, viejo, dame un par de tus pastillas para no soñar, que de momento, lo mejor es que hasta que llegue la parte III, este espacio quede cerrado por derribo.

Parte II: Cervezas, risas y pactos.

4/2/11
Lo mismo que en la anterior:





Sábado por la mañana. Kirk volvió a despertarse con los ojos secos y empañados por las lentillas, pero con dos diferencias respecto a la mañana anterior. La primera, la sonrisa y la segunda... "¡Mierda! ¡Resaca!". Se levantó de la cama con esfuerzo y se dirigió a la cocina para administrarse su medicación anti-resaca: Un café, un vaso de zumo, algo dulce y 600 mg de Ibuprofeno. Se sentó en el sofá algo zombie y empezó a pensar en la noche anterior. Le había gustado mucho y hacía tiempo que no se lo pasaba tan bien un viernes noche. De repente, se sorprendió a sí mismo cantando entre dientes una canción. Sonrió y enseguida se la puso, en repetición constante. Se puso a bichear internet con el portátil como siempre, pero no se metió en la red social que más usaba hasta después de comer, pasada larga la hora de la siesta. Estaba nervioso, Celia le había dicho que le agregaría y le pasaría una canción. Cuando por fin se metió vio que ya le había pasado la canción y agregado, así que enseguida, pausó la canción que no salía de su cabeza y puso la que ella le pasó. Le gustó bastante, pero no podía quitarse aquella canción que hablaba de almas gemelas de la cabeza, así que volvió a ponerla. Pasó las horas muertas hasta que pudo hablar con Helena y le preguntó por el plan:

-Illa, illa, illa, ¿esta noche qué?
-Pos, pos, pos... esta noche me parece que es noche de chicas eh...
-Don't me jodas! Tíiaaaa pero id luego pa' los bares o algo ¿no?
-Bueno no sé... se intentará... ¡Aunque ya sé que no es pa verme a mí!- dijo con sorna.
-Jo, Veroooo... ¡hazlo por mí!
-Bueno, ya veré...

A Kirk le dio un mini-infarto en ese momento. Conocía a estas y sabía, que estando el tiempo mal como estaba y si cenaban por ahí, luego probablemente no saldrían. Así que enseguida llamó a Rafa:

-Killo, necesito un wing-man hoy... ¿Tabernita? Y así comentamos estrategias.
-¡Venga tío! 9.30 allí, cenamos, cervezas y luego al City, ¿no?
-Hombre ¡claro! Voy a ducharme y tal, nos vemos allí.

Kirk se fue a ducharse, a pesar de que serían las 7.30 y tenía tiempo de sobra, pero quería arreglarse bastante. Al final, acabó llegando tarde y Rafa un poco más y se harta de esperar. Llovía un poco y un viento desapacible recorría las calles de la ciudad. Kirk cada vez estaba más pesimista.

Cuando llegó, cogieron una mesa y pidieron tapitas, cervezas y montaditos. Comentó lo que pasó despues de que se fueran y lo hablado con Helena, a lo que Rafa dijo:

-Joder tío... Bueno, el problema está en Ana y las demás... Tú sabes que a Helena la convences rápido...
-Ya, pero... No sé. Tú sabes que la importante es Carmen, que Celia se queda en su casa. Y ya sabes como es para salir...
-Pues sí, pero Helena convence hasta a los muertos, lo sabes. Si no, acuérdate, que por muy desmotivao que estés, si te insiste, acabas saliendo.
-Bueno... Pero después ¿qué? Tú sabes que yo me bloqueo...
-No pasa nada... acuérdate que anoche hablasteis bastante, en la discoteca estuviste bien... Surgirá, verás.

Siguieron hablando, riéndose... Incluso un señor mayor bastante cocido de cervezas se hizo amigo de ellos. Luego, mandaron un sms a Helena, diciendo que tenían que venir como fuera.
Fueron al City y entre cervezas, Rafa le decía cosas que podía hacer, dijeron que irían al 100 chupitos, al desván... bueno, muchas cosas. Llegaron incluso a llamar a Helena para reconvencerla. Kirk incluso rogó y al final lograron que aceptaran ir a los bares. Dijeron que irían al 100 chupitos así que Rafa y él fueron para allá. Allí, cuando llegaron todas las chicas. Kirk habló bastante con Celia, de muchas cosas. Rafa estaba siempre cerca, intentando ayudar un poco, cogiéndole aparte...

-Tío, tío, tío. Está por tí. Lo veo en sus ojos.
-Rafa tío, no te flipes... Ni de coña, yo no veo eso.
-¿Que no? Échame cuenta... -dijo guiñando un ojo.

Siguieron tomando chupitos, y en una de las rondas, que fue Kirk a pedir, surgió la conversación de disfrazarse en Halloween. Las chicas dijeron que querían disfrazarse y Kirk comentó su disfraz del año pasado, de médico-zombie-psicópata. A las chicas les gustó la idea y Kirk enseguida ofreció todo el material del que disponía: pijamas de hospital, batas, vendas... Carmen ofreció su casa para la preparación del disfraz  y Celia, Helena, Irene, Carmen y él, juntaron las manos, se bebieron un chupito, e hicieron el pacto de disfrazarse de médicos, enfermeros y pacientes zombies.
Tras eso, fueron al Desván del abuelo, otro bar cercano y estuvieron un ratillo bebiendo, hablando y bailando. Incluso bailaron "La Bamba". Celia y él hablaron también mucho rato y pronto llegó la hora de irse.

En el camino de vuelta, cuando ya sólo quedaban Helena y Kirk volviendo, comentaron como siempre la noche:

-Tía... tú... ¿Cómo lo ves?
-No sé eh... yo lo veo muy difícil... No he visto así señal ninguna...
-Ya ves, yo tampoco... yo creo que simplemente le he caído bien... No sé, veo con más posibilidades incluso a Rafa... -se rieron un rato del comentario y Helena dijo:
-Hombre, Rafa no creo... Es que no sé, no la veo con ningún chico.
-No sé tía... Mañana será otro día, y a ver como va ese Halloween.

Kirk llegó a casa desmotivado, cansado y sintiendo que el tiempo apretaba en una carrera contrarreloj y cuesta arriba. Se acostó y se durmió rápido.



**Mientras Kirk y Helena hablaban, ellos ignoraban que en casa de Carmen se producía otra conversación.**  [Atención: licencias narrativas, no tengo ni idea de cómo fue la conversación]

-Bueno, ¿qué tal te lo estás pasando aquí?- preguntó Carmen a Celia.
-Pues... ¡bastante bien! Oye y... este chico, Kirk... es mono... que pena que tenga novia...
-¿Que tiene novia? ¿Qué dices?- preguntó Carmen extrañada.
-Sí... es que lo escuché hablando con Jesús el Viernes, y le preguntó por su novia y el contestó que muy bien.
-Qué va eh... estarían de coña lo más seguro. ¿Y ese interés?- preguntó Carmen, poniendo ojitos.
-Bueno...


**

Parte I: Cenas, ron, miradas cómplices y conversaciones.

1/2/11

Para esta actualización... pido que pauséis el reproductor del blog y le deis al play a esto (y si es posible ponedlo en repetición):



Viernes por la mañana. Kirk se levantó con la mirada borrosa por las lentillas, se le había olvidado quitárselas la noche anterior. Bostezó largamente y se sentó en la cama pensando lo dura que había sido esa semana, y el mes entero en particular. El comienzo del curso había sido agridulce, y él sentía que faltaba algo, pero aún así, se sentía bien. Abrió el cajón de su cómoda y cogió la ropa interior para ese día. Escogió unos boxers bastante usados y feos, y unos calcetines aún más horribles, pero muy calentitos. "Total, no me los va a ver nadie" pensó. Se metió en la ducha, con su música haciéndole compañía por supuesto. Eran unos días en que "La herida" y "Héroe de leyenda" estaban muy presentes para él, así que esas dos canciones fueron las que reprodujo en su portátil. Sonó tambien "La chispa adecuada" y se sorprendió a sí mismo pensando que eso justamente era lo que le faltaba.

Salió de la ducha inmerso en sus pensamientos, nada nuevo, vaya. Comenzó a hacer una práctica de la universidad sin demasiado entusiasmo, "hoy no es mi día desde luego" se decía. Poco más, conversaciones cortas y escuetas con su madre, no estaba demasiado animado como para charlar. Hizo su rutina básica... Comer, echar un cigarro, ver las noticias, curiosear internet... "Dios, me voy a aborregar con tanto aburrimiento... Necesito un cambio de aires". Por eso, enseguida se embozó la primera sudadera que vio, se colgó los auriculares y salió de casa mientras se enchufaba un cigarro. Tenía que hacer un par de mandaos antes de la noche, ya que Helena, su mejor amiga, cumplía los 19 años. Más pequeña que es...
Total, para arriba, para abajo, Kirk llegó a casa y se tumbó en el sofá, meditabundo. Eran sobre las 7 de la tarde y Helena le llamó:

-¿Qué pasóooo?- le dijo imitando el acento cubano.
-Pues super empanao, en el sofá!
-¡Acuérdate! ¡A las 9 y media en mi casa! No tardes que te conozco...
-Mmm, ¡vale! ¿Quién va al final, por cierto?
-Pues... tú, Chío, Ana, Irene, Jesús y Carmen. ¡Ah! Y la chica esta de Murcia, que es amiga de Carmen, Celia.
-Mola, mola. Y luego supongo que vendrán al Puerto Rafa y los demás ¿no?
-¡Cllllllllllaaaaaaaaaaaaaroooooo! Y... no vayas a por Celia, que te conozco eh...
-Bah, ¡no prometo nada! Puees, voy a arreglarme y tal, lue nos vemos. ¡Chao!
-¡Chao!


"Como me conoce la jodía", pensó Kirk. "Pero no... me ha contado su historia, así que nada de nada" Sin embargo, él volvió a ducharse y se cambió esos calzoncillos tan feos por otros más decentes. Porque sí, porque si Helena le advirtió que no fuera a por ella... sería por algo. Helena conoce a Kirk tan bien que él siempre se fiaba de ella. Por eso quizá se arregló un poco más de lo que tenía pensado, quería causar buena impresión.

Llegaron las 9 y media, y como siempre, Kirk llegaba tarde. Salió corriendo y fumándose un cigarro, ya que sabía que en casa de Helena no fumaría. Y al final, llegó al tiempo que todos, encontrándoselos a todos abajo. Subieron todos juntos y se sentaron. El cogió el sofá del fondo junto a Jesús y se pusieron a hablar de sus cosas:

-Killo Jesús... ¿Cómo te va con Patri?
-Ostias, pues bastante bien la verdad. Ya sabes como son estas cosas de volver y tal... Tensas al principio pero ya hay más confianza.
-Del carajo.
-¿Y tú qué? ¿Qué tal la "novia"?
-¡Quée cabróoon! Pues muy bien la verdad... Super compenetrados... La imaginaria dices, ¿no?
-¡Claaaaaaaaro cabrón!


Y siguieron comentando batallitas mientras comían un poco de todo y bebían cerveza. Él sin embargo no había percatado que esa conversación de coña traería cola, pero bueno, en ese momento no imaginaba el vuelco que ese fin de semana daría a su vida. Siguieron bebiendo y hablando entre todos y él, gilipollas que es, pobrecito mío, percibió entonces un acento extraño para él. Y por primera vez, se fijó detenidamente en la chica que hablaba animadamente con Carmen. Celia. Vio su pelo, sus ojos, sus labios, esa sonrisa permanente en sus labios, lo guapísima que iba vestida aquel día... Y Jesús y Helena lo notaron. Lo conocían de sobra, sabían que esa mirada y esa cara de tonto era algo. Helena le echó una mirada de: "luego hablamos" y Jesús cuchicheó:

-¿Ya estamos tío?- dijo pegándole un codazo.
-Joder, no me había fijado... ¡Está que se rompe!
-Ya ves... yo si no estuviera con Patri... le tiraría-
Acto seguido, la primera mirada cómplice de las muchas que compartieron esa noche.
-No, tío, no. Ya llevo muchos palos y ella no se fijaría en mí. Además, me han comentado que la cosa está complicada.
-Baaah, Kirk. Te he visto realizar auténticas proezas en temas de conquista. Así que venga, campeón.


Cuando terminó la cena, estuvieron mirando cosas en internet, hablaron de tatuajes, hicieron a Kirk exhibir los suyos, como siempre que se habla de tatuajes y cruzaron algunas palabras en esos momentos. En un momento que Helena estaba más aislada del grupo, hablaron:

-Helen... - empezó Kirk, no sabiendo cómo decírselo, aunque el sabía que ella le había leído el pensamiento.
-Ya, ya lo sé. Mira... que te lo dije, pero eres de lo que no hay. Está la cosa muy difícil, pienso yo, pero allá tú.- le dijo, en tono de reproche.
-Mmm... pero bueno, tú sabes cómo soy. Tengo que conocerla un poco y ver... Además, luego me da la verguenza, como en Punta.
-Ya te digo yo que es super buena chica... Pero ten cuidao, que nos conocemos... ¡Que te ilusionas mu pronto!
-¡Pisha un cigarrito!
-Dijo Jesús, esperando que Kirk le contara lo que había hablado con Helena.

Fueron hacia la cocina, para fumar junto a la ventana. "Eh, esperad, ¡yo también voy!" Kirk y Jesús se miraron e intercambiaron un par de pensamientos telepáticos. Era Celia quien quería ir con ellos a fumar. Kirk se puso muy nervioso. Jesús le tiraba pullitas de vez en cuando, muy sutiles. Hablaron de todo y nada, nimiedades.

Finalmente se pusieron en camino hacia el puerto. por el camino más de lo mismo, conversaciones tontas, ganas de fiesta... El ambiente se animaba, la noche prometía. Compraron el hielo y llegaron al cabo de una caminata. Cogieron su sitio de siempre y empezaron a beber ron.
Jesús y él daban vueltas frecuentemente, visitando a unos amigos, y con esa excusa, comentaban qué tal iba yendo todo. Rafa vino por fin y Kirk lo cogió por banda rápidamente:

-Rafa, ven acá p'acá.
-¡Eyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¿Qué, una de tácticas?
-Mmm no, mira, es esa chica Celia...
- Kirk procedió a explicarle la cena y el camino hacia el puerto.

-Mmm... ya sabes que puedes contar conmigo como "wingman"- le dijo Rafa- Celia será tuya, te lo aseguro.
-Bueno, no sé...-dijo Kirk, haciendo gala de su habitual pesimismo- Está difícil la cosa.
-Pues venga, a hablar con ella se ha dicho.

Y nada, a hablar con Celia se dijo. Hablaron de muchas cosas, de las carreras, de Murcia, de Huelva, de chistes... Hablaron mucho rato y Kirk sonreía por dentro. ¡Le encantaba hablar con ella! Hacía tanto que no se sentía tan bien hablando con una chica. Era guapa, inteligente, ingeniosa... Un chico intentó tirarle pero ella lo rechazó. Y en ese momento, cuando el chico seguía tirándole, apareció Jesús, lo cogió y lo arrastró para otro lado:

-¡Tío, tío, tío!- Decía descojonándose- Vente, que el Paco está super gracioso.-Y la enésima mirada cómplice.

Llegaron a dónde estaba su amigo Paco, que andaba muy ciego. Echaron unas risas y Jesús le interrogó sobre Celia. Él le dijo todo lo que habían hablado y Jesús le dijo que todo iba sobre ruedas. Kirk seguía pesimista y le dijo que ni de coña. Tras un rato comentando, volvieron a donde estaba Celia, que ya había sido rescatada de las insinuaciones del chico por Helena, Carmen, Chío, Ana e Irene. Tomaron el camino para irse, y decidieron que entrarían a una discoteca. Kirk se fue con las chicas y a pesar de que le cobraron entrada, pagó, ya que era el cumpleaños de Helena y quería seguir sabiendo cosas de Celia.
Dentro bailaron, hablaron, rieron... Cada vez Kirk veía más claro que aquella chica le gustaba. Habló con Irene y Ana, que también se dieron cuenta de la cara de tonto que se le quedaba cuando la miraba. Se rieron bastante de él.
Y en uno de los momentos antes de salir de la discoteca, sonó una canción que Kirk no conocía, pero Celia sí,y bastante bien.

-Ohhh! ¿Conoces esta canción? - le preguntó a Kirk como pudo en medio del ruido.
-¡Qué va! No me suena...
-¿Que no te suena? Mañana te agrego y te la paso.
-Mmm venga, ¡vale!


Las horas pasaron y era hora de irse a casa. Salieron de la discoteca y despidieron a Carmen y Celia, que se quedaban cerca. Dejaron a Irene y Ana en sus casas y en el momento que Helena y él se quedaron solos:

-Me encanta- dijo Kirk.
-Si es que lo sabía... - dijo Helena suspirando.

El lenguaje del mundo.

Llevo toda mi vida siguiendo mi camino. He ignorado señales, apartándome de mi camino sin darme cuenta, para de repente, encontrar una señal, sonreir y saber que he vuelto al camino correcto. Nunca he sabido qué ponía estas señales en el camino, siempre lo había atribuido al azar.
Hasta que llegaste tú. Y me enseñaste el Lenguaje del Mundo.
Todo empezó la primera vez que cruzamos miradas. Tú sonreíste y sentí que con esa señal, con esa sonrisa, había vuelto a mi camino después de un largo tiempo perdido. Recuerdo que al principio la negué. "No, no es mi señal" pensaba. Pero ¡Maldita sea! Una señal tan fuerte no se puede ignorar. Y menos cuando cada conversación, cada mirada, cada sonrisa, cada gesto... Sembraba mi camino de señales. No sé si tú viste tu camino lleno de señales también, pero las seguiste si las tuviste.
Al final pensé que no podía ser coincidencia. Si nuestros caminos se cruzaron, sería por algo. Y me dejé llevar. Perdón. Nos dejamos llevar. Y ya van tres maravillosos meses.
Tres meses en los que, poco a poco, me has enseñado muchísimo, aún sin proponértelo. Y no sólo eso. Me has hecho sentir cosas que nunca había sentido. Me has cogido de la mano y aceptado tal y cómo soy. Has descubierto virtudes y defectos en mí que no conocía. Has... no sé. Has revolucionado mi mundo.
Y no puedo forzar mi camino, mi "Leyenda Personal" cómo dicen en tu regalo. Pero espero que vaya ligado a tí muchísimo tiempo; porque día a día consigues que me levante con una sonrisa y tenga fuerzas para luchar por lo que quiero.
Aunque pensándolo así... Te quiero a tí. Y como dice Melquisedec "cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo."

Me haces muy feliz. Te quiero siempre.