Inciso VIII: El rocanrol de los idiotas.

28/12/11
Hace exactamente un año escuchaba en un autobus sin frenos esta canción. Disminuía la velocidad para parar en ese bar de carretera, con nombre de palabra dialéctica del Mediterráneo. Hacía mucho frío, pero yo fumaba sin parar. Con nervios. Sin dormir. Horas más tarde llegaba a esa tierra todavía muy desconocida para mí, pero que es el primer hogar de mi corazón, para coger otro autobús. Inútil de mí, como siempre, que me pasé de parada. Empecé a vagar por esas calles que me parecían todas iguales, buscando un indicio, que al final encontré. Llegué, entré, aticé la chimenea para entrar en calor y dejé mi corazón a los pies de tu cama. Subí a la azotea y contemplé aquel amanecer del día de los inocentes. Un amanecer frío, eliminado por el calor de un hogar y un amor. Unos colores cálidos emergían entre los tejados ocres de aquel pueblo de la rivera del Segura. Llamé. Bajé. Y nunca jamás se me olvidará esa cara, mezcla de "¿Qué cojones haces aquí?" y de extrema felicidad. Esos ojos azules casi empañados por la emoción. Ese "no te vayas". ¿Qué decir? Este año no se repite. A pesar de que ahora mismo no hay cosa que me gustaría más en el mundo que estar en un maldito autobús, para poder ver esa cara de recién levantada. Felicidades bonita. Espero que tus 20 años no hagan más que traerte felicidad. Siento no regalarte nada más que una estúpida actualización en mi blog.

1 pensamientos:

Cintika dijo...

Me encanta, una felicitación preciosa :)

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