XXXII

11/12/11
Descubrir, tras dar rienda suelta a los deseos de la carne y la pasión, que no soy más que un bastión hueco. Estoy al borde de cometer la más deliciosa locura que jamás un loco enamorado haya pensado. Y entonces me despierto de mi ensoñación, para darme cuenta de que un último y estúpido acto de amor por tí no va a cambiar nada. 2012, ven a mí, porque como siempre, mis fines de año están malditos.

2 pensamientos:

Dama Oscura dijo...

Los huevos te los quito ¬¬

Aida Hernandez dijo...

De torturas se colorean los sueños.

Publicar un comentario