Give me competition.

25/5/12
Es imposible ganar en competición directa. La competición indirecta no cuenta... Las circunstancias mandan. Tenemos mandatorias, el destino deshilacha nuestros futuros con inquietante vehemencia. Un incumplimiento de la pura realidad. Es como desconectarse de un respirador.. Es un aislamiento espiritual de nuestro sino, y una obligación de los invisibles hilos que manejan las sí materiales parcas. Etérea realidad que nos descalifica de nuestra vida. Nos arrebata nuestro albedrío, que no es ya libre, sino condicionado. Somos marionetas de nuestro propio destino, y no conviene olvidarlo.

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