2.- Hechizo (Ida y vuelta)

14/3/11
"y ahora vámonos de esta habitación
al espacio exterior"



627 kilómetros, punto cero. Son las 20.30 y tiemblo como un flan, como la primera vez que cogí aquel autobús. Estoy en la estación hablando contigo y no nos salen más cosas que "¡queda muy poquiiito!". Las 21.00, viene el autobús, cuelgo, tu vas a cenar, yo a recorrer 96 kilómetros.

533 kilómetros
y una hora de espera. Cojo mi bocadillo, pero no lo termino, no me dejan los nervios. Voy al aseo y te llamo. Volvemos a hablar, hasta que subo al autobús, este ya sí, definitivo hasta allí. El autobús sale y seguimos hablando conforme recorro Torneo, rodeo Sevilla y llego por la A-92 a la primera parada del autobús: Arahal.

484 kilómetros. Son cerca de las 12 y ambos decimos de ir a dormir. Yo lo intento, pero no me viene el sueño hasta la primera parada de verdad, para echar un cigarro. 15 minutos dice el conductor. Me bajo, voy al aseo, me compro algo de agua y miro las señales mientras me fumo un cigarro. Al parecer estoy cerca de Estepa... 420 kilómetros.

Vuelvo al autobús y logro dormir algo, con sueños sobre tí. Despierto en la siguiente parada. 30 minutos esta vez, estamos cerca de Granada. Me fumo por lo menos tres cigarros esperando que salga el autobús y no hago otra cosa que pensar en tí y la sonrisa que se nos dibujaría en el momento que nuestros ojos se cruzaran. 315 kilómetros.
Vuelvo a dormir y me despierto en Granada. Parada de 10 minutos. Ni me bajo, tengo bastante frío. Vuelvo a dormirme pensando en tí. 270 kilómetros.
Despierto en un bar de carretera cerca de Vélez-Rubio. 45 minutos de parada. Sonrío al bajarme, ya que lo reconozco, es la última parada. "Ahora sí que estoy cerca" pienso. Juego un rato al móvil, fumo frenéticamente... Cada vez más nervioso. Me vuelvo a subir y me quedo dormido prácticamente al caer en el asiento. 136 kilómetros.

Despierto en Murcia de repente con una llamada. Sonrío, ya estoy allí. Te llamo, fumo, espero, sonrío. 13 kilómetros.
Me recogen, me tiembla todo, llego a Molina. Y por fin, estoy en tus brazos. Ni rastro de nervios, solo... felicidad.

----------------------------------------------------


Y la vuelta... Esa despedida que cada vez se hace más difícil. Esas lágrimas que caen de mis ojos porque no me quiero ir aunque las aguante. Esa llamada para que me acompañes unos pocos kilómetros. Ese echarte de menos cuando sólo nos separa el cristal de la ventana. Ese echarte de menos cada vez más y más conforme el autobús se aleja. Ese quererte con locura. Estas ganas de verte, abrazarte, besarte, sentirte, mirarte a los ojos y decirte que te amo.
Pronto, cariño, pronto. El viento nos calentará el corazón en Tarifa.

0 pensamientos:

Publicar un comentario