Sacadme de aquí.

5/4/12
Me siento un exiliado volviendo a casa. Ha sido un mes intenso, mi cuaderno habitual sustituido por una libreta de notas, un mes intenso, un mes extraño. Es el espíritu de Marzo el que me ha poseído, el que me ha alejado de tí, página en blanco, el que no me dejaba oír esos murmullos del insondable vacío de tus infinitas posibilidades. ¿Por dónde empezar? Quizá diciendo que esto no es una llamada de socorro, ni un grito certero desde las profundidades del averno. Es simplemente la llama, que vuelve a arder con más fuerza que nunca. Es el cigarro de los cobardes, es el golpe que nunca te atreves a dar. Es ese temblor antes de pulsar la tecla verde del teléfono, que acaba desviándose. Es la soledad de la masturbación, la fruta y el vino prohibidos. Es el mechero perdido del fumador. Pero sin embargo, no es papel mojado, no es tinta malgastada...
-Shall we?
+Vamos.
Córdoba. No sé si escribo con frustración, resentimiento, orgullo o añoranza. Ir a Córdoba me da felicidad. Me siento como en casa en una ciudad que no es la mía. Simbolizaba proyectos futuros. Y los simboliza. Pero atentos al pretérito... No, no me voy a Córdoba. Me quedo un puto año más atascado en la ciudad gris. Por buena persona, por buen amigo, por altruismo. Algo que no muestran ciertas hijas de puta, que no son capaces de mirar más allá de sus pies, viendo que hay alguien que lo necesita. Puta burocracia, putas normas, rígidas, amordazantes. Sin embargo, queda luz en la ciudad contaminada.
Playa, #proAVEN, amigos. ¿Qué decir? Días sublimes que hacen que no me hunda en la mierda. Gracias, de verdad, a todos vosotros. Pablo, Stark, Erik, Banner, Barker... Sois sublimes. Y gracias a vosotros también tengo el proyecto de cambiar, de ser algo más, de ser un #proAVEN.
Enfermería, urgencias, agobio. Ayuda a no pensar eso de no tener tiempo más que para la carrera. Urgencias geniales, me ha dado la oportunidad de conocer más a grandísimos compañeros: Carmen, Natividad, Ibalia, Felipe y Natalia, que ya la conocía de nefro. Cada día me gusta más mi carrera.

Pequeñas cosas, al borde del reventón en el corazón. Una sensación acuciante de que alguien me robará el mes de Abril. Un fallo informático que obliga a reabrir viejas heridas, encontronazos casuales, pruebas demostradas de que el proyecto funciona, frustraciones de última hora. Sacadme de aquí.

0 pensamientos:

Publicar un comentario